El departamento de Boyacá enfrenta una alarmante crisis de salud mental, según las estadísticas del DANE que revelan 45 casos de suicidio entre enero y octubre de 2023. El inicio del año 2024 no ha traído alivio, con dos trágicos casos en menos de un día. Este fenómeno, que afecta principalmente a jóvenes de 15 a 19 años, demanda medidas urgentes para construir una sociedad más justa y proporcionar un espacio seguro donde los sueños y aspiraciones de la juventud encuentren cabida.
Estadísticas del 2023:
El informe preliminar del DANE, publicado el 21 de diciembre, desglosa las cifras desde enero hasta octubre de 2023. En total, se registraron 45 suicidios, siendo 30 hombres y 15 mujeres las víctimas. La mayoría de los casos se concentran en jóvenes de 15 a 19 años, evidenciando una vulnerabilidad significativa en este grupo demográfico.
Distribución por municipios:
Tunja, Duitama, Sogamoso y Paipa encabezan la lista de municipios afectados, con registros específicos en cada uno. Tunja reportó 5 casos, siendo 3 hombres; Duitama, 2 casos distribuidos entre un hombre y una mujer; Sogamoso, 3 casos, 2 de ellos mujeres; y Paipa, 2 casos, uno de cada género. Otros municipios también experimentaron tragedias, destacándose la diversidad geográfica de la crisis.
Comparación con años anteriores:
Aunque las cifras preliminares del 2023 muestran una disminución en comparación con el 2020, año marcado por la pandemia, la situación sigue siendo preocupante. La disminución no debe ser motivo de complacencia, ya que aún persisten desafíos significativos en la prevención del suicidio en Boyacá. Es crucial recordar que cada número representa una vida perdida y una familia afectada.
Llamado a la acción:
El reciente suceso de dos suicidios en menos de 24 horas durante la tercera semana de enero del 2024 resalta la urgencia de implementar medidas preventivas y de apoyo emocional. Es imperativo que autoridades locales, instituciones educativas, y la sociedad en su conjunto se unan para abordar las causas subyacentes de esta crisis y proporcionar recursos efectivos para la salud mental.
En conclusión, la situación en Boyacá exige una respuesta coordinada y rápida. Más allá de las estadísticas, se trata de vidas jóvenes perdidas y la necesidad apremiante de construir un entorno donde los sueños y talentos de la juventud no se vean truncados por la desesperación.
Redaccion: AR


