La posible renuncia del gobernador de Boyacá, Carlos Amaya, genera inquietudes sobre qué consecuencias tendría para la administración del departamento y el proceso electoral.
Cuando un gobernador renuncia, la renuncia debe ser presentada formalmente ante la Asamblea Departamental, que tiene la facultad de aceptarla. Una vez aceptada, el gobernador debe dejar el cargo y se designa un gobernador encargado, generalmente un funcionario de la Gobernación, para garantizar la continuidad administrativa.
Un aspecto clave es el tiempo restante del mandato. Según la ley colombiana, si la renuncia ocurre cuando quedan menos de 18 meses para terminar el periodo, se pueden convocar elecciones anticipadas para elegir un nuevo gobernador. En caso contrario, el gobernador encargado permanece hasta que termine el periodo.
En el caso de Boyacá, si Carlos Amaya renuncia en este momento y se cumple la condición del tiempo, es probable que se convoquen elecciones anticipadas, lo que abriría una nueva etapa política en el departamento.
terminarAdemás, se ha especulado que la renuncia de Amaya estaría relacionada con aspiraciones políticas a nivel nacional, lo que podría influir en el panorama político regional y en las elecciones presidenciales de 2026.
En definitiva, la renuncia de un gobernador implica un proceso institucional que busca mantener la estabilidad y continuidad en la gestión pública, y en función del tiempo restante, puede activar elecciones anticipadas para elegir a un nuevo mandatario.
Redacción CNM


