En un trágico acontecimiento que ha sumido en el dolor a la comunidad de Chiquinquirá, la madrugada de hoy se conoció el fallecimiento de la señora Myriam Yaneth Casas de Caro, madre del recién posesionado alcalde, Jefferson Caro Casas. A sus 71 años, doña Miriam, como era conocida en la localidad, partió tras cumplir su sueño de ver a su hijo liderando la «Capital religiosa de Colombia».
La noticia sorprendió a la población, ya que la señora Casas había acompañado a su hijo durante su posesión el pasado 28 de diciembre y estaba destinada a desempeñar el papel de gestora social del municipio. Sin embargo, no pudo asumir dicha encomienda, ya que al día siguiente de la ceremonia, viajó a Bogotá, donde había residido en los últimos años. Esta semana, regresó a Boyacá y se encontraba reunida con familiares en un balneario en el municipio de Pauna. Trágicamente, la noche del sábado sufrió un infarto, que según los informes, fue casi fulminante.
A pesar de los esfuerzos por trasladarla de urgencia al centro de salud local, la partida de doña Miriam fue inevitable. Nacida en Chiquinquirá, específicamente en el sector de La Pola, era hija de Julio Casas, un destacado líder en la tierra de Julio Flórez. Contrajo matrimonio a los 22 años con Miguel Caro Marciales, también chiquinquireño, quien fue asesinado hace aproximadamente 16 años en los Llanos durante la violencia paramilitar.
La señora Casas dedicó gran parte de su vida laboral a la Contraloría General de la República y, tras jubilarse, se convirtió en una figura querida en la capital del país. Fue madre de tres hijos: Jefferson, Johana, y Harry Caro Casas. Este último, el menor, es comunicador social. Todos estuvieron junto a ella y sus nietos durante la emotiva ceremonia de posesión en la Plaza de la Libertad.
Se espera que el cuerpo de doña Miriam llegue a Chiquinquirá cerca del mediodía para los trámites correspondientes en Medicina Legal. Detalles sobre su funeral se darán a conocer esta tarde, pero se confirmó que su féretro estará en el recinto del cabildo municipal, donde la comunidad podrá rendirle un último adiós. La ciudad llora la pérdida de una mujer ejemplar que deja un legado de amor y dedicación a su familia y comunidad.