Por Carolina Espitia, Senadora de la República de Colombia
La reciente promulgación del acto legislativo 01 de 2025 que eleva a rango
constitucional el derecho humano a la alimentación y la nutrición adecuada (artículo
65 de la Constitución Política) marca un hito en la lucha contra el hambre y la
malnutrición en Colombia. En este contexto, desde el proceso que lideramos y en
el que tengo el honor de ser su voz y voto en el Senado de la República, queremos
destacar nuestros aportes a través de proposiciones que enriquecieron
significativamente el proyecto, enfocándose en la soberanía alimentaria, el apoyo al
campesinado y la minimización de la pérdida de alimentos.
Uno de los logros más importantes que impulsamos fue la inclusión del concepto de
soberanía alimentaria en el texto constitucional. Este principio, que garantiza que
como nación podamos consumir lo que producimos, es fundamental para fortalecer
la producción agropecuaria nacional y apoyar a los campesinos, facilitando que sus
productos lleguen a los consumidores. Entendemos que la seguridad alimentaria
(disponibilidad de alimentos) y la autonomía alimentaria (consumo de alimentos
según las costumbres locales) se complementan esencialmente con la soberanía
alimentaria, que impulsa la producción nacional.
Además, propusimos modificaciones clave al artículo 65 de la Constitución Política
para garantizar el derecho a la alimentación adecuada, promoviendo condiciones
de seguridad, soberanía y autonomía alimentaria en todo el territorio nacional. Al
enfocarnos en la protección especial del acceso a los alimentos, además de su
producción, reconocemos que la intermediación excesiva y la falta de logística
pueden frustrar los esfuerzos por combatir el hambre y la malnutrición, incluso si la
producción es eficiente.
Otro de nuestros aportes, aplaudido en el Senado, se centra en minimizar la pérdida
de alimentos a lo largo de la cadena de suministro. Al cambiar el verbo «reducir» por
«minimizar» en el texto final, movilizamos todos los engranajes del estado para que
se centren en la necesidad de disminuir las pérdidas de alimentos a su mínima
expresión, reconociendo que incluso una pequeña reducción puede ser insuficiente
para abordar el problema en su totalidad.
Como hijas e hijos de campesinos que durante décadas han labrado la tierra,
conocemos de primera mano el enorme potencial de los hombres y mujeres del
campo colombiano. Por ello, llevamos esta visión al Senado, uno de los espacios
de toma de decisiones más importantes del país, para que el Acto legislativo 01 de
2025 no solo fortalezca el marco constitucional que garantiza el derecho a la
alimentación en Colombia, sino que también promueva un enfoque integral que
abarque la producción, el acceso y la reducción de pérdidas de alimentos, con un
énfasis especial en el apoyo al campesinado y la promoción de la soberanía
alimentaria. Con nuestros aportes a este acto legislativo, damos un gran paso en la
construcción de un futuro más seguro y saludable para todos los colombianos.
